Ya en 1960, con ansias modernizadoras de nuevo tipo, arrancarían aquellas obras que configurarían el espacio urbano moderno. Las razones de peso son muchas, pero es evidente que la ciudad busca acomodarse al nuevo flujo de inversiones y transformarse en una ciudad a la altura de las nuevas concepciones del espacio urbano.La ordenanza Municipal del año 1967 habilita el Plan Director para la Capital Federal, que “respondió a los lineamentos generales del planeamiento británico para Londres a la nuevos procedimientos... aunque se trata básicamente de un transplante de conceptos, tecnicas y métodos en un contexto que lo hace muy disímil del original” . El proyecto incluía desde los conjuntos habitacionales Lugano I y II, el Parque Saavedra, Reestructuración de Retiro hasta el desarrollo del área de Catalinas Norte y Sur.
Un escenario perimido que, sin embargo, conforma otro de los períodos de cambio de la ciudad que bien podría integrarse a la lista de las distintas Buenos Aires como una capa geológica más de las que profetizaba Martínez Estrada. Una Buenos Aires donde, parafraseando a la filósofa Susan Buck Morss, “...las ruinas obsoletas del pasado reciente aparecen como residuos de un mundo de ensueño...que deja rastros...bajo la forma de elementos físicos de la ciudad” .
FIN (sólo formal, ya seguiremos...)
Un video que viene de anillo al dedo. Gracias Antropomok




