lunes, febrero 04, 2008

MP3: Compresión de Sondio y de Mercado

El último número de la revista Rolling Stone, que acabo de comprar, expresa la temperatura ambiente que se vive en la industria musical y entre los músicos consagrados en relación a la irrupción del tsunami digital que signfica la circulación de la música por Internet.


Y el problema no es menor. Para la industria de la música, implica una mayor racionalización de los presupuestos para los discos y, por ende, de los contratos para con las bandas. Mientras que por el lado del negocio, tiene que soportar la bajada masiva de música por internet. Las actuales movidas agresivas que viene llevando a cabo la CAPIF en el ámbito local y las organizaciones de defensa de la propiedad intelectual a nivel planetario van mostrando, gradualmente, que la naturaleza de las campañas no son lo suficientemente eficaces para detener el fenómeno.

Comienzan a circular argumentos cuyo objetivo es lograr el desprestigio de la práctica del download. Uno de los más escuchados, y no menor, es el tema de la fidelidad. Sabido es que la compresión de los archivos digitales le resta calidad al registro de audio, ante lo cual -se arguye- estaríamos ingresando en una época de escucha basura con el predominio de la instancia práctica y económica de la actividad por sobre la calidad sonora. El otro se relaciona con la legalidad de la práctica. Como ejemplo, la revista mencionada posee una sección donde se desmenuza la nueva campaña de la CAPIF a la caza de bajadas piratas que ya tiene víctimas concretas y multas específicas.

Un tema no menor es el de los formatos. El es de lo más complejo porque además se relaciona con la obra producida y con la modalidad del mercado de la música. El formato es la forma que el producto (u obra) posee para ingresar en el mercado como la forma que toma el artista para brindar su obra ante sus oyentes. A diferencia de las anteriores transformaciones en el formato de mercado, y cuyo epicentro fué la introducción del formato Long Play hacia fines de la década del 40 del siglo pasado por los ingenieros de la CBS, la situación actual está atravesada por una serie de transformaciones relacionadas con la temática de la propiedad privada. Ante un negocio que comienza a erosinarse por perdida de ventas y multiplicacion de la música digital, posiblemente comenzemos a ver propuestas y competencias por parte de los oligopolios.

Y además de este escenario están también los propios artistas, que comienzan a imprivisar estrategias de distribución alternativas. El caso de Radiohead se apenas uno de los varios ejemplos, mientras que los Arcade Fire representan el caso inverso. Desconocidos con discográfica menor que se hacen masivos a través de la multiplicación de redes, escuchas y mucho recital en vivo que terminan convergiendo con su consolidación en Pitchfork Media el subsiguiente acceso a los circuitos internacionales.

Son momentos quizás atemorizantes y de inquietudes para los músicos, pero estimulantes y movedizos para seguir observando la evolución y los cambios que se vienen en el terreno.