viernes, julio 31, 2009

Gente contagiosa


El entusiasmo de la gente del Centro Andaluz de Arte Contemporano contagia. El proyecto/plataforma X0y1 es un ejemplo:

::equis0y1::

no es un proyecto dirigido sólo a quienes habitan en las yemas de sus dedos y en sus pantallas. Ni sólo a quienes odian los reduccionismos binómicos. No es aquí un problema llamarse María J. o J. María. ::equis0y1:: no es un proyecto sólo para quienes se consideren muchos, para quienes sientan que A H O R A ya son distintos a "ahora"; ni sólo para quienes tengan clarísimo lo que son y lo que desean. ::equis0y1:: no está orientado sólo a quienes vivan como mujeres, ni sólo a quienes se piensen trans, ni a quienes se crean hombres. No es contexto sólo para urbanitas, ni exclusivamente para quienes viven en pueblos o a medio camino, o en constante camino. Para ser criatura ::equis0y1:: no es condición tener color verde, llamarse artista, ni tampoco tener 25 años. No es aquí imprescindible haberse descargado las últimas versiones. No será necesario sentirse muy de "aquí" (dondequiera que ese “aquí” señale un lado u otro de una frontera); ::equis0y1:: es, pero no sólo, para quien salte de wiki a post y tire twitter porque le toca...

:equis0y1::

es un proyecto abierto a quienes quieran reflexionar sobre las dinámicas mediante las que Internet metamorfosea y sostiene las identidades sociales. ::equis0y1:: no es un espacio para hablar de tecnologías digitales, sino para pensar sobre sus prácticas y usos sociales, sobre cómo las tecnologías nos construyen. ::equis0y1:: quiere ser un escenario para incentivar producciones creativas e investigaciones sobre las nuevas formas de activación y desactivación política de la colectividad conectada a Internet, las formas de presentación y de representación identitaria y sus efectos para las vidas y deseos de las personas...

:equis0y1::

susurra:
nos gusta la creatividad y la experimentación, no tememos por tanto al error y a la incertidumbre, estamos dispuestos a estimular ideas, a equivocarnos, incluso a acertar. Nos gusta el arte pero también nos gusta la ciencia (incluso la ficción) y la tecnología, las confluencias productivas. En ::equis0y1:: no todos somos nativos de la red, ni manipulamos máquinas en nuestra infancia, tampoco todos tuvimos muñecas. En ::equis0y1:: queremos construir conocimiento en los espacios compartidos, en nuestros cuartos propios, allí donde captamos una wi-fi, en los espacios de tránsito, en nuestras vidas en red, incluso allí donde la Red no llega. Pero allí-aquí pensamos que los espacios y objetos culturales con los que se construyen nuestras relaciones con la tecnología no son inocentes y contribuyen a construirnos como sujetos, biopolíticamente, denostando, frivolizando o ponderando los vínculos, según el caso, según la identidad.

::equis0y1::

se interesa por la experimentación, percepción y producción de las representaciones identitarias en las redes, por la multiplicidad y la máscara de la primera época-red y por la revalorización del yo propia de la última época. A ::equis0y1:: le gustan las nuevas figuraciones políticas -potencialmente revolucionarias-, las experimentales que operan como nuevos agentes de dicción, como figuras de humanidad. Aquellas que, como apuntaba Haraway, nos permiten enfrentarnos a la figuración literal; figuras de resistencia capaces de estallar “en enérgicos nuevos tropos”, “nuevos términos de posibilidad histórica" donde la tecnología no sea algo diferenciado de lo humano.

::equis0y1:: opera como posible escenario para oradores extáticos, allí donde "todos los tropos vuelven a girar". Será que la resistencia política no puede obviar la fuerza productora y creativa que sigue operando en lo que somos y en lo que podemos ser. Si, como para Foucault, entendemos que la resistencia política no puede ser entendida sólo como rechazo, sino como articulación de nuevas formas de vida, afirmativas, para analizar e interpretar la posible activación política identitaria en las redes, precisamos valorar la energía transformadora e imaginativa de las nuevas figuraciones, infinitas combinaciones X0y1. Estas formas alternativas precisan de la interacción simbólica e imaginativa, y nos hablan de figuraciones, no sólo como posibles agentes autónomos ajenos a nosotros (robots, avatares ya programados en metaversos, autómatas y otros) sino como lo que ya somos cada uno de nosotros bajo los efectos culturales de la tecnología, ahora amplificados por las redes y las políticas de la virtualidad.