sábado, octubre 13, 2007

"Ese era tu cuarto"



Con esas palabras mi amiga Mercedes detallaba la foto que acababa de enviarme por MSN.
Cuenta la historia que allá por el año 2005 aterricé en su casa del barrio de Boedo para ocupar uno de las habitaciones/departamentos donde se albergaban algunos outsiders, amigos, etc. Luego de un par de años volví al nomadismo, un poco apretado por la inminente venta de su casa, otro poco para cumplir con el digno sueño burgués del hogar propio y privado.

El lugar está actualmente en construcción luego de demolerse. Mercedes se acercó al agujero que antes había sido su casa y sacó algunas fotos, de las cuales ésta es una.

Lo que impresiona es que puedo reconocer algunas partes. Por ejemplo, los azulejos conformaban la pared de la mesada, que se extendía a lo ancho de la habitación.

El cuadro que forman los azulejos en el vértice con la otra pared era la kitchinet. Tenía forma de parrilla, como si en sus orígenes el espacio hubiese sido abierto para hacer asados.

La fragilidad de la estabilidad citadina. Borrón y cuenta nueva.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No se puede creer... Estoy impresionada. No es que el lugar fuera lindo ni muchísimo menos, pero me causa nostalgia: eso de borrón y cuenta nueva tiene su cuota de crueldad. No me extirpen el pasado, chacales!
Mercedes no habrá visto la mitad de una botella de coca cola tirada por ahí? Ofrezco recompenza a quien la encuentre, es un invaluable objeto de colección. Qué recuerdos... bizarros.
Che, Horacle, ya que sos un tipo muy lindo, podrías colgar en este bendito blog una foto que te haga justicia? Ese retrato que elegiste para ilustrar tu perfil, junto a la foto del derrumbe, parece una campaña de ayuda a las víctimas de un bombardeo.
un abrazo, marin.

Carolina Venesio dijo...

Adhiero a su comentario!! por favor! pone una foto en la que no parezcas borracho... perdes un poco de credibilidad... ;-)

Sebas dijo...

Horace, por el amor de Dios, cambie la foto.

La ciudad, nuestra ciudad, la que tenemos en nuestra mente, la que perdura el paso del tiempo, está repleta de despojos.