sábado, enero 03, 2009

El Malestar Desarrollado (1)

¿Qué está pasando en Argentina en relación a los estudios/abordajes sobre lo tecnológico? Parto de un malestar específico que tiene que ver con lo que sucede en la UBA y quizás lo esté extendiendo (de forma deliberada) hacia otros ámbitos donde suceda algo distinto (si fuese así, entonces solicito información al respecto, por favor).

Los abordajes en general oscilan ya no de manera divisoria entre los tecnófobos y los fanáticos/reduccionistas protecnicos. Es algo más complejo, pero de todas formas poco interesante. Por suerte, estas divisorias pertenecen cada vez más a un imaginario generacional y a una tradición académica(aún perceptible en la facultad de sociales pero sin mucha llegada en otros ámbitos) que comienzan a caerse por la fuerza de los hechos que cotidianamente nos alimentan, nos hibridan, nos fuerzan a salir de estos envases bastante rígidos.

Y sin embargo, a pesar de esta fuga hacia adelante (o hacia varias direcciones), persiste la idea -en muchos- de correr desesperadamente hacia adelante para cumplir con las expectativas del mercado. Hablo ahora del interés por Facebook. Y quiero ser más detallista en el malestar para no pecar de critico negador de las "nuevas tecnologías". Tiene que ver con cierto voluntarismo de pensar que Facebook irrumpe de forma inédita con las herramientas e interfaces que le precedieron en el ámbito de la web. Un voluntarismo que, a mi modo de ver, está obstaculizando la conformación de enfoques más interesantes sobre lo que sucede en todo el espectro de innovaciones que arriban de forma continua en la vida cotidiana.

¿Cuáles serían estas dinámicas obstaculizantes? La falta de interés en varios de articular las novedades, tanto en el nivel de los objetos como en lo que refiera a nuevas teoricas/nociones/abordajes, etc., con herramientas y teorías que han probado resitir al paso del tiempo y que podrían repensarse para que ayuden a iluminar los escenarios novedosos y no tanto en los que vivimos. Las consecuencias de esto es una performance similar cada vez que desde el ámbito mercantil irrumpe masivamente el éxito de nuevos dispositivos: un borrón y cuenta nueva que marca las nuevas coordenadas desde donde posicionarse legítimamente ante la novedad. "Todo cambia constantemente". Si, por supuesto. Pero el cambio es un fenómeno multidimensional que surge porque el contraste entre lo que cambia y persiste es la dinámica que revaloriza los materiales en el escenario actual.

Si queremos pensar de forma novedosa el cambio de eje, para los que estamos interesados en una perspectiva crítica sin adscribirle a esta palabra el tufo aburrido, estanco y pesimista que algunos le han asociado legitimamente, un camino posible consite en repensar tambien las nociones y teorías ya "conocidas" pero cristalizadas a nivel productivo. Pareciera que los alcances de algunas teorías y herramientas metodológicas de análisis corrieron la misma suerte que los recorridos burocrático/académicos de algunos profesioneles y cátedras en los ámbitos institucionales. Y no sería nada extraño dada la relacion entre las instituciones de saber y sus visiones y apropiaciones sobre varios pensadores en el país.

Pero la solución no puede surgir simplemente corriendo hacia adelante y entendiendo las novedades como formas de tomarle el timing a los enfoques culturales/sociales/artisticos sobre lo técnico. Desde esta perspectiva, que se apoya en una idea un tanto extraña de fusión/integración entre el mercado y lo teórico, las disciplinas que pueden ubicarse en este escenario pierden su especificidad. Por especificidad entiendo el sentido social del enfoque. Pienso que cualquier consultora -por otra parte, un actor mejor incentivado y preparado para dar cuenta de las dinámicas aceleradas promotoras de lo nuevo- podría rendir con mayor eficacia que cualquier intento desde la universidad.

Los cambios en la universidad no consisten solamente en la lucha por la reinvindicaciones materiales (importantísimas y de interés muy cercano en mi caso) sino también por cambios en la lógica de los propios profesores. Compartir experiencias de lucha es un desafío año tras año, pero tambien lo es compartir y traducir los conocimientos parcelizados. La interdisciplinariedad no es sólo una declaración de principios, se trata de conformar redes de intereses entre los distintos grupos diseminados en las varias facultadas e instituciones que existen en el país y en el extranjero. Compartir experiencias. ¿Es imposible? Se trata de sacarse un poco el olor a naftalina que llevamos en la ropa. Y el problema adicional es que la naftalina posee varios olores que camuflan la antigüedad de los saberes y las lógicas que los engloban. La naftalina está profundamente instalada también en las actitudes desmemoriadas acerca de la técnica y lo novedoso.

¿Pero entonces no hay que meterse con Facebook? Por supuesto que sí. Pero una cosa es interesarse a partir de planteos que permitan entender la dinámica de estos escenarios, dinámicas que están estabilizadas y cuyos funcionamientos son la materia prima para nuestro abordaje, y otra distinta es suponer que la naturaleza de la novedad nos prohibe dar cuenta de sus trayectorias como si se tratase de materia extraterrestre. En este sentido, el desafío es muy interesante y su traducción en coordenadas relativas a un país subdesarrolado multiplica el entusiasmo (aunque tambien fuerza a la prudencia).

Ya seguiremos pensando al respecto...

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