Qué está pasando? De pronto volvemos a escuchar las "palabras claves" que creíamos enterradas en el tiempo. La Deuda Externa y las últimas noticias acerca de que el país estaría ingresando al mercado de capitales para "honrar" el pago de la deuda resulta -por lo menos- extraño.
En un contexto internacional signado por la incertidumbre del sistema financiero internacional gracias a una crisis que incluso sus mismos integrantes se atreven a mencionar como "la más grande desde el crash de 1929", el gobierno decide saldar la deuda con el Club del París, una organización lobbista que nuclea a un grupo de acreedores de la deuda externa argentina provenientes principalmente del G7 y además ingresar en la negociación con los tenedores de bonos de la deuda que quedaron fuera de la reestructuración efectuada en el 2003.
Leo algunas notas referidas a la temática provenientes incluso de gente cercana a las mismas filas del oficialismo y que venía apoyando -con algunas objeciones- la politica macroeconómica del gobierno. Ahora esto último parece revertirse. La nota del domingo de Alfredo Zaiat es bastante significativa al respecto.
No sin cierta dosis de cinismo, Zaiat afirma que "...En un mundo financiero convulsionado, con un plan de rescate de la administración Bush que nadie sabe si servirá para algo, con el sistema bancario internacional colapsado y con su impacto en la economía real que es un misterio, resulta peculiar el sentido de la oportunidad del Gobierno para retornar al mercado de capitales. Alguien le tiene que comentar al eufórico Massa que los bancos que introducen el reinicio del trueque de papeles de deuda, que habían sido borrados de la contabilidad pública con autoridad, no son sinónimo de fortaleza y solvencia.
Mientras deja, por las dudas, en claro su opinión: "Pese al discurso dominante, no se vislumbra el beneficio de reconectarse al mercado financiero internacional, más aún a un sistema que estalló y no se sabe cómo será el que lo reemplace", afirma el periodista.
Por otro lado, el economista Aldo Ferrer es otro de los que dejaron en claro su desacuerdo con esta nueva etapa con futuros imprevisibles. En una columna en el sitio web del diario El Argentino, afirma que "...la continuidad o interrupción de este proceso (lo que el economista llama "vivir con lo nuestro" entendido como proceso de desendeudamiento) no está determinada por la influencia del contexto internacional sino por la calidad de la política económica argentina, la cual, en el pasado, fue suficientemente buena para alcanzar resultados notables y, actualmente, abre interrogantes significativos".
La Argentina atraviesa un momento complejo. A nivel interno pareciera que recobra gradualmente la estabilidad luego del nubarrón campestre y sojero (aún sin resolver). Sin embargo a mediano plazo las condiciones internacionales inestables (la reacción China a la crisis financiera es fundamental), la desaceleración de la economía argentina y los próximos vencimientos de la deuda externa configuran el nivel de los interrogantes futuros.
Los temas economicos siempre resultan aburridos o demasiado especializados, pero para los que les resulta interesante la historia, la actual debacle financiera ofrece una buena oportunidad de presenciar y chequear acontecimientos que están transformando la manera en que se concibe actualmente la economía a nivel mundial. Por supuesto, este tambaleo tendrá seguramente sus oportunistas de turno, sin duda. Pero que la principal economía mundial (hasta el momento) y bastión de las ideas neoliberales esté regulando y estatizando instituciones financieras de peso anuncia un escenario bastante distinto para el futuro economico que podría ser aprovechado por las naciones como la nuestra, muchas veces apretada por las mismas instituciones que ahora caen en la quiebra como fichas de dominó. Ante este panorama, la pregunta del millón: ¿Sabrá el gobierno capitalizar este escenario inusual?
En un contexto internacional signado por la incertidumbre del sistema financiero internacional gracias a una crisis que incluso sus mismos integrantes se atreven a mencionar como "la más grande desde el crash de 1929", el gobierno decide saldar la deuda con el Club del París, una organización lobbista que nuclea a un grupo de acreedores de la deuda externa argentina provenientes principalmente del G7 y además ingresar en la negociación con los tenedores de bonos de la deuda que quedaron fuera de la reestructuración efectuada en el 2003.
Leo algunas notas referidas a la temática provenientes incluso de gente cercana a las mismas filas del oficialismo y que venía apoyando -con algunas objeciones- la politica macroeconómica del gobierno. Ahora esto último parece revertirse. La nota del domingo de Alfredo Zaiat es bastante significativa al respecto.
No sin cierta dosis de cinismo, Zaiat afirma que "...En un mundo financiero convulsionado, con un plan de rescate de la administración Bush que nadie sabe si servirá para algo, con el sistema bancario internacional colapsado y con su impacto en la economía real que es un misterio, resulta peculiar el sentido de la oportunidad del Gobierno para retornar al mercado de capitales. Alguien le tiene que comentar al eufórico Massa que los bancos que introducen el reinicio del trueque de papeles de deuda, que habían sido borrados de la contabilidad pública con autoridad, no son sinónimo de fortaleza y solvencia.
Mientras deja, por las dudas, en claro su opinión: "Pese al discurso dominante, no se vislumbra el beneficio de reconectarse al mercado financiero internacional, más aún a un sistema que estalló y no se sabe cómo será el que lo reemplace", afirma el periodista.
Por otro lado, el economista Aldo Ferrer es otro de los que dejaron en claro su desacuerdo con esta nueva etapa con futuros imprevisibles. En una columna en el sitio web del diario El Argentino, afirma que "...la continuidad o interrupción de este proceso (lo que el economista llama "vivir con lo nuestro" entendido como proceso de desendeudamiento) no está determinada por la influencia del contexto internacional sino por la calidad de la política económica argentina, la cual, en el pasado, fue suficientemente buena para alcanzar resultados notables y, actualmente, abre interrogantes significativos".
La Argentina atraviesa un momento complejo. A nivel interno pareciera que recobra gradualmente la estabilidad luego del nubarrón campestre y sojero (aún sin resolver). Sin embargo a mediano plazo las condiciones internacionales inestables (la reacción China a la crisis financiera es fundamental), la desaceleración de la economía argentina y los próximos vencimientos de la deuda externa configuran el nivel de los interrogantes futuros.
Los temas economicos siempre resultan aburridos o demasiado especializados, pero para los que les resulta interesante la historia, la actual debacle financiera ofrece una buena oportunidad de presenciar y chequear acontecimientos que están transformando la manera en que se concibe actualmente la economía a nivel mundial. Por supuesto, este tambaleo tendrá seguramente sus oportunistas de turno, sin duda. Pero que la principal economía mundial (hasta el momento) y bastión de las ideas neoliberales esté regulando y estatizando instituciones financieras de peso anuncia un escenario bastante distinto para el futuro economico que podría ser aprovechado por las naciones como la nuestra, muchas veces apretada por las mismas instituciones que ahora caen en la quiebra como fichas de dominó. Ante este panorama, la pregunta del millón: ¿Sabrá el gobierno capitalizar este escenario inusual?
3 comentarios:
Bueno, releyendo el artículo tengo la necesidad de clarar cuales son mis dudas. Por un lado, si el crédito mundial se contrae, cuál es el sentido de "ingresar" al crédito en momentos donde el sistema financiero y sus instituciones más importantes atraviesan un colapso con quiebras, fusiones y estatizaciones incluidas? Si no hubo voluntad antes, cuál es la necesidad de ingresar ahora? Ok, si, las necesidades relativas a los vencimientos y a los cambios que ya están sucediendo en el contexto internacional hacen suponer que las divisas disminuirán por alteraciones en los precios de las commodities (hasta hace poco, muy favorables para el comercio exterior del país) y que se hará necesario buscar alternativas para la financiación. Pero las tasas prometidas por los bancos por la apertura de los canjes de bonos de la deuda serán de un 12,5 por ciento anual. Tasas que a mediano plazo difucultarán -de cualquier manera- los vencimientos futuros para la dedua, con lo cual ingresamos nuevamente en el ciclo vicioso (que parecía pasado en el tiempo) de obligaciones por la bendita deuda externa. En fin... Good Show y papas fritas!
Y el Vermouth ?
Loti, estás sacando chapa de economista.
Un saludo............
Y a seguir pensando en alternativas para ubicar nuestros ahorros....
estimado Loti,
tengo una propuesta que hacerte.
Tal vez, resulte de tu interés.
Llamame y hablemos.
Te parece ?
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