Han pasado ya algunos años. El mundo ha cambiado un poco, y con él nosotros: nos convertimos en padres, y en parte de un equipo donde el amor y la locura que incita sorprenden diariamente, nos transformamos asumiendo quienes somos, dejamos cosas atras, incorporando nuevas. Nos sorprendimos cómo las pequeñas y grandes cuestiones pueden cambiar de foco, o aclararse de manera inédita, si persistemos en cosas que si bien son abstractas tienen una raigambre bien mundana: los valores, los afectos, la responsabilidad...Mutamos pero sin perder, milagrosamente, la identidad (y quizas es todo lo contrario, cómo podríamos perderla acaso?). Asumimos que fluir, estar despierto, sentir pasión por las cosas es un milagro que se sostiene con mucho trabajo y paciencia pero que debe tener como correlato mucho empuje, voluntad y esfuerzo. Pero vaya si vale la pena.
Cuando las dinámicas cotidianas parecen estancarse uno se vuelve loco, pero el tiempo tiene esas argucias, tiene una orientación narrativa aunque pueda estancarse, empantanarse, y volver hacia atras unos pasos y de pronto acelerarse sin previo aviso. En el medio hay que desarrollar habilidades y lograr pequeños avances que hagan posible los cambios necesarios cuando las oportunidades se presenten. El fluir de la vida requiere de una estrategia paciente, de metas minimamente claras, de paciencia suprema y de desprendimientos necesarios.
El blog se relanza porque me resultaba necesario expresar ciertas ideas, argumentos y razonamientos que persisten cotidianamente, y también exponer algunas fichas, y fragmentos, que quizas no encajen en la dominante que uno tiene como perspectiva de inquietudes pero que contribuyen al mapa del espíritu.
Siento que el tiempo que transcurrió sin postear entradas fue de siglos. Arriba dije que el mundo cambió un poco. Algo de verdad tiene. Argentina se transformó en una plataforma de banalidades colectivas y mesianismos payasescos donde la superficialidad se arropó con las ropas de las epopeyas autocumplidas. Lo que provocó que la visibilidad e inteligilidad de los que nos sucede pierda peso y sustancia. Fuimos la nación más revolucionaria y simultáneamente la más depredada. Y los agentes de estas acciones fueron los mismos. Esta esquizofrenia es una lastimadura difícil de sanar y tiene alcances demasiado profundos y palpables. Pero esa es una historia que espero en algún momento expresar minimamente en las entradas que de aquí en adelante postearé.
Salud!
Esto es Argentina, pero es el mundo.
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