lunes, octubre 05, 2020

Crisis por doquier


Argentina parece vivir una crisis fenomenal e inédita. Por supuesto que existen antecedentes para semejante escenario. Yendo al grano, los gobiernos kirchneristas ya nos habían alertado, a los que no habíamos vivido de forma adulta las dictaduras, sobre cómo sería vivir en una sociedad donde los consensos y acuerdos sobre la forma de vivir juntos se resquebrajaran de manera tan significativa como para insidir decisivamente en nuestra cotidianidad. Obviamente, el escenario no es el de una dictadura, pero los atropellos sobre la arquitectura del Estado en su esquema republicano y su filosofía liberal han erosionado no sólo las instituciones y organismos que sostienen y hacen posible la convivencia democrática sino también los acuerdos acerca de lo que significa la convivencia en sociedad y el Estado de Derecho característico en Occidente. 
Y es así que tenemos: un gobierno que enfatiza los conflictos binariamente como una forma de existencia. Un Estado peligrosamente acéfalo, con burocracias que lindan con la mafia y el amiguismo, una inteligentzia técnica e intelectual que vive empantanada en fantasías anticuadas sobre cómo funciona el mundo y acerca de cómo se crea riqueza, una población que no percibe la gravedad de este ciclo sino con fórmulas cínicas y escépticas para intervenir en el escenario: los políticos son todos iguales, la política es lo peor, las empresas son todas corruptas, etc., de manera tal que el voto en las elecciones, dispositivo esencial en las democracias y donde la voluntad popular debiera expresarse , se expresa en términos individuales, atomizados, alejada de alguna idea de bien común. 

Por otro lado, el kirchnerismo es un producto sureño y bien local made in Argentina. Los Kirchner iniciaron su larga marcha hacia el poder mediante el despojo de propiedades a través de embargos en el contexto de la 1050 de Martinez de Hoz. Arrivaron a la gobernación durante los noventas y armaron un estilo de administración no tan diferente al que conformó Gildo Insfrán en Formosa. La suma del poder público, la instalción de amigos y testaferros en los tribunales, en los diarios y en las empresas configuró una especie de virreinato, o una gran estancia donde el matrimonio se instaló cómodo en la cima, como los grandes estancieros de antaño. 

Pero ahí donde Nestor era un cínico, corrupto y autoritario, Cristina es una corrupta con rasgos mesiánicos que adoptó para la elucubración de su estilo de poder cierto manual básico laclauliano sobre el populismo. Un estilo de poder y de acumulación del mismo basado en una acentuación del conflicto mediante la elaboración de una agenda paralela de problemas que se nutre de una mezcla del pobrismo, marxismo básico de manual a lo hanecker, de chavismo, de un ropaje humanista con la defensa facciosa e ideológica de los DD.HH. y de la cooptación de la gestualidad y lenguaje feminista y de las minorías sexuales. Ahí tenemos a los organismos de DD.HH. callados sobre el escenario represivo que emergió una vez que la cuarentena posibilitó la arbitrariedad en el accionar represivo de las fuerzas policiales a nivel provincial y municipal en todo el territorio, ahi vemos al feminismo y al LGTBQ oficialistas bien adiestrados, al Papa hablando contra el mérito, a las organizaciones sociales de izquierda encolumnados con el gobierno, todos con miembros de su palo ocupando puestos políticos en ministerios o empujando un poco el caos propiciado por el oficialismo en las tomas de terrenos por todo el país (CCC, Barrios de Pie y los siempre histéricos trotskistas, que se imaginan por fuera de esta sociedad pero cuyos principios y acciones están vinculados de forma indisoluble con los de esta administración).

De manera que el estilo de poder de esta gente se nutre de dos tradiciones: el peronismo, el socialismo tercermundista castrista-chavista, ambos asociados hoy en día al pobrismo de la iglesia que pregona este Papa. Es decir, un estilo chauvinista, bien local, articulado a un entramado de sociedades que conforman hoy en día una asociación geopolítica que puede trazarse de la siguiente forma: Venezuela-Cuba-Irán como eje más claros que además se asienta en un apoyo o "satelización" de los países alrededor de Rusia y principalmente China. 

El discurso se basa básicamente en un ataque masivo al sentido común más básico, aquel que se enraiza en la experiencia más cotidiana. El ejemplo del ataque al mérito es su cara más visible pero se articula con otros ataques igual de peligrosos: la propiedad privada (escondida en un discurso cínico sobre la falta de oportunidades y la desigualdad), la libertad de expresión (escondido en los ataques a los "medios" y a periodistas) y la división de poderes (embellecido apenas mediante un ataque a las "deficiencias democráticas" y a los vínculos de los poderes "molestos" con las "corporaciones" políticas y económicas). Todas estas inversiones de sentido explotan en diversas ramificaciones mediante el confinamiento que hoy experimentamos. Una de los nuevos tópicos es el educativo: el abandono por parte del sistema educativo sobre las nuevas generaciones, la negacion y/o obturación de todo debate sobre la vuelta a las aulas de los más chicos.  Todas estás mitologías, por decirlo de alguna manera, se asientan sobre aspectos que esta sociedad nunca pudo encarar con la suficiente honestidad que se requiere y en base a una búsqueda de la verdad basada en debates públicos y consensos necesarios: el por qué de nuestro fracasos constantes. Defaults, inflaciones galopantes, cepos diversos, déficit igualmente diversos.

Pero esta inversión del sentido se asienta sobre una reformulación entre desordenada y caótica de las instituciones y organismos del Estado. Una clara señal es la filtración desde la AFI de los datos de agentes tanto locales como extranjeros. En la práctica es un corte en la cooperación con las agencias de inteligencia extranjeras. Un cambio de reglas que tiene como único objetivo desarticular la AFI de sus contrapartes extranjeras aislándola del mundo al exponer claramente las vidas de los agentes y las misiones en las que están involucrados. La filtración es una señal de falta de cooperación, lo que nos sumirá en un aislamiento con el mundo. 

En definitiva, son múltiples los indicios de las crisis que se avecinan o en las que ya estamos sumidos. Recesión, Inflación, depresión, crisis sanitaria, crisis educacional e institucional, pobreza extrema. Con una parte importante de la ciudadanía levantándose cuando puede para llevar la balanza hacia sentido común, como fue el acampe a la espera del dictamen de la corte sobre los traslados insólitos hechos por el poder legislativo, de la mano de la multiprocesada, para sacarse a los jueces molestos de las causas que más la complican. La gente protestando en el Congreso, en Tribunales, en el Obelisco, sorteando las amenazas, los escraches y acusaciones de los agentes de propaganda de ese canal de propaganda oficialista, como el caso de C5N, un canal que se asienta sobre el dinero de la corrupción y de la evasión al Estado, es la única esperanza de que este país pueda volver a cierto cause normal.

En síntesis: cualquier análisis o intento de adentrarse en este panorama tiene que partir de la idea de que el país ya esta sumido en una crisis inédita, la más profunda desde la vuelta a la convivencia democrática en el año 1983. Y cuyas consecuencias pueden ser peores, desgraciadamente. 

Los intentos por encarar este binomio de poder INDISOCIABLE que conforman los Fernández parten desde premisas que no se corresponden con lo que sucede en la realidad. El presidente elegido es una pieza fundamental en esta sociedad en la que cumple una función de jefe de gabinete con funciones especiales donde lo simbólico no es un tema menor. Su misión pareciera ser la de imponer una agenda de poder superpuesta a la real, donde su vicepresidente tiene las riendas o la ùltima palabra en los asuntos fundamentales, aquella agenda donde él es alguien con un estilo distinto, con autonomía relativa pero real. Estos análisis son cada vez menos creíbles pero aún pueden leerse y escucharse en los programas de televisión más vistos y en los diarios más leídos. 

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