miércoles, noviembre 23, 2022

Reflexión de media tarde: La decadencia argentina


Tomando mi te vespertino mientras reflexiono 

Como remarqué usando sólo el sentido común en anteriores posteos, nos encontramos en una crisis muy profunda que no sólo involucra la economía, sino que alcanza diferentes dimensiones que no se limitan a lo político. Esta crisis nos devuelve una respuesta contundente sobre la importancia que tiene el voto en el desarrollo de un país, sobre lo fundamental que resulta una ciudadanía informada, abierta a entender los problemas, a vislumbrar posibles soluciones que respondan a sus problemas, algunos acuciantes, otros no tanto pero no por eso menos importantes, que tiene la sociedad y el país en su conjunto.

Una vez más: no existen los salvadores, desgraciadamente hay déficits de estadistas en muchas partes del globo. Esto es importante no sólo para entender que delegar no significa dar todo el poder y la responsabilidad de gobernar a alguien sino darle la posibilidad de llevar a cabo lo que le propuso a la ciudadanía en términos generales. A veces un gobierno podrá avanzar en ciertos asuntos, otras no tanto y en algunas áreas nada. A veces podrá equivocarse y enmendar errores, otras insistirá hasta que la falta de beneficios para la sociedad lo fuerce a buscar otras alternativas, otras acertará pero quizás las consecuencias de un buen camino requieren de cierto sacrificio difícil de afrontar para la sociedad. En este ida y vuelta la sociedad va creciendo, enriqueciéndose de los errores y, al solucionarlos, encara nuevos desafìos y propone soluciones siempre sobre la base de cierto sentido común relativo a cómo funciona la sociedad en los hechos. En el medio, hay como siempre conflictos políticos, crisis, escándalos, hoy en día el ciudadano tiene herramientas inéditas en la historia para hacer llegar sus reclamos. Las sociedades son ruidosas y la política muchas veces es la actividad más ruidosa.

En Argentina no existe esta sociedad. Hace rato. Hay creencias fuertes y sobre esa base la sociedad define sus elecciones. Están los gobiernos "heterodoxos" o peronistas y los gobiernos "neoliberales". Son definiciones sin sustento en la realidad, narrativas sobre prejuicios que se refuerzan desde las agencias periodísticas satélites, desde la misma política o desde la cultura mediante el uso y abuso de personalidades "comprometidas" que se adaptan al discurso en boga. Durante mucho tiempo este conocimiento subrepticio permeaba el sentido común, armándolo de ciertos anticuerpos que permitían a la sociedad saber que semejante dicotomía rudimentaria era poco seria. Pero con la llegada del kirchnerismo al poder, esa defensa se fue diluyendo a través del ataque constante al sentido común mediante la expansión financiera y material de este discurso: compra de radios y de canales mediante el lavado de la corrupción, cooptación masiva de personalidades de la cultura mediante subsidios de todo tipo a la cultura y favores políticos y materiales de todo tipo a los alfiles de este discurso, amenazas y autocensura al empresariado y a todo aquel que ose desafiar públicamente este discurso. Todo ante la mirada defensiva, incluso derrotista, de la sociedad ante este avasallamiento. 

El famoso discurso de la grieta, que en un primer momento sirvió para mencionar este fenómeno en el que, por un lado y como cuestión fundamental, encontramos gente totalmente cooptada por el discurso k, un discurso que linda con el sectarismo religioso y, por otro lado, de gente alarmada ante el fenómeno cada vez más intenso y latente tanto en el escenario político como en los vínculos más íntimos. Gradualmente "la grieta" perdió su rudimentario significado para dar cuenta de una "división" en la sociedad basada en "extremos". Entramos en el terreno de la equivalencia. Esos extremos ahora hacen referencia a dos demonios que si bien parecen distintos, serían las caras de la misma moneda: el extremismo de "derechas" y de "izquierdas". El macrismo y el kirchnerismo. Un discurso que claramente invisibiliza el fenómeno social que el término intentaba denunciar en un primer momento, dejando sin armas al discurso político no kirchnerista. 

Pero cuando un discurso tan psicopático y tóxico pasa a ser el discurso político hegemónico en un país, un discurso que enarbola mitologías peronistas de diferentes épocas (Evita abanderada de los pobres, la juventud idealista de Montoneros, Perón el que otorgó derechos a los trabajadores, etc.) y que diviniza la figura de su líder, un elemento esencial que permite, al modo en que Laclau lo soñó, el amalgamiento de diferentes sectores sociales dentro del kirchnerismo. Cuando un discurso de esta naturaleza se transforma en el sentido común de un país, las consecuencias para su futuro se hacen evidentes. La crisis de hoy en día, que amenaza con expandirse e intensificarse aún más en los próximos meses, es la factura que deberemos pagar todos por la implementación de las mismas medidas fallidas que una y otra vez repite el gobierno actual, elegido en elecciones mediante el voto consuelo de la población, sumida ya sin defensas en el cinismo de un voto "castigo" que abre las puertas una y otra vez a lo peor de la sociedad. Miles de muertes por COVID que se podrían haber evitado (ya sea mediante la corrupcion del vacunatorio VIP, las trabas burocráticas a las vacunas más serias por ideología, etc.) , muertes por implementación de cuarentena medieval a través de medidas represivas en todo el país, ataque a los chicos mediante la anulación de la escolaridad presencial por más de un año con el apoyo de los sindicatos docentes, ataque masivo de políticos y periodistas a todo aquel que emitiera un discurso crítico contra dichas medidas, o intentara sortear dichas medidas, etc., etc. Todo esto en un país normal amerita el juicio político y/o el ostracismo de los partidos detrás de su implementacion. Pero no. No pasa nada. Es "la grieta" el problema. 

De manera que quienes aún piensan que esto es una crisis pasajera viven en un escenario demasiado optimista para ser real. Argentina comienza a experimentar la sintomatología de un Estado fallido, un estado vaciado de sus capacidades operativas, cooptado por intereses corporativos de todo tipo, y con una clase política parasitaria. Ojalá sea mi pesimismo (porque quienes con un diagnóstico similar buscan ser gobierno están obligados a tener una visión más optimista), que se nutre de la locura que el país vivió durante estos últimos años pero que se remonta más atrás, porque lo que viene será más complicado aún. 

Si no encuentro otro momento para escribir, que tengan todos un Feliz Año!

martes, febrero 15, 2022

Tesina, Neil Young y la cultura woke

Ya elaborada, finalizada y entregada mi tesina sobre las relaciones entre el rock, la contracultura y el negocio discográfico me siento como en un posparto lo suficientemente calmo como para hablar de las novedades que trajo este acting de alma bella cometido por Neil Young al pedir la censura de un periodista llamado Joe Rogan. 

Me pregunto qué habrá sucedido en la mentalidad de gente como Young, Joni Mitchell, Nils Lofgren, David Crosby y Graham Nash para pensar que pedir la censura de las opiniones con las que no acuerdan pueda ser percibido como algo altruista o progresista? Rogan no es nazi, no es comunista, tampoco racista. Que yo sepa tampoco misógino. Entonces....qué piesan que hacen cuando incluso publicitan su postura como un gesto valiente o bienpensante?

Tengo para mi la opinión de que una parte importante del mainstream de estrellas de la música y la actuación se desplazó desde posiciones liberales, es decir, desde posiciones interesadas en la libertad de expresión, la igualdad ante la ley, y de inquietud por la extrema pobreza, hacia posturas más cercanas a un fascismo que se autodenomina "defensor de la variedad" o de "las diversidades" y que cosifica dichas diversidades, o identidades, al extremo de tomar cualquier opinión que critique dicha impostura como censurable o, como se dice ahora, como de ultra-derecha. Lo que es lo mismo.

Estas ideologías están muy expandidas en norteamerica y en algunos circuitos de importancia tanto en Europa como en América Latina. En Argentina este pensamiento está en decadencia como está en decadencia el actual gobierno y el país al que cada día asistimos impávidos a su destrucción cotidiana, con los votos democráticos de una sociedad en descomposición. El feminismo de género hoy en día es un kiosco de negocios turbios, subsidios y burocracia estatal en el marco del peronismo que hoy gobierna. El movimiento LGTBQ festeja el día del orgullo agitando banderas de íconos como el Che, un fascista que al igual que Fidel Castro, encerraba a los homosexuales en "centros de reeducación". Un gesto bondadoso que otro amigo de estos chicos practica hoy en día, me refiero al Vladimir Putin. 

Pero asombra la naturalización de estas creencias en un país como Estados Unidos, cuna de nuestra democracia liberal moderna tal como la concebimos (aún) en el planeta. Y sorprende el prepoteo de gente que yo solía querer mucho, como es el caso de Neil Young. Lo veo impulsando este postureo de gallito enojado y siento una sensación cercana a la vergüenza ajena. Hay que estar muy roto por dentro para pedir públicamente, por cuenta propia, que censuren a alguien, que sino te vas vos. Las razones que usan algunas personas para apoyarlo porque Spotify explota los músicos no cuajan con la situación financiera de estos multimillonarios ex rebeldes, gallitos rabiosos, ahora infanteria VIP del establishment informacional global. 

Recuerdo mi indignación cuando los Metallica pedían que Napster les pagara por la música que circulaba en mp3. La inquietud de los metaleros al menos tenía sentido porque no terminaban de percibir la mutación que estaba sufriendo la industria con la digitalización de los productos culturales (en este caso, la música). Lo de Neil Young se trata de la consolidación de la decadencia de esta gente, que de algún modo nunca terminó de procesar bien su papel en las grandes épocas donde su generación protagonizó una avanzada liberalizadora de energías, experiencias, identidades que irrumpieron sin pedir permiso, sin pedir a cambio la censura de nadie, sólo la necesidad de existir sin ser perseguidos o censurados. No entienden, y nunca lo van a hacer, que la figura de esta decadencia es la del gato mordiéndose la cola.


jueves, octubre 14, 2021

Atravesar el desierto

 

Queda cada vez más claro que el país atraviesa una crisis multidimensional tan acuciante que se enfrenta al dilema de si podrá atravesar entero este momento. Si se tratara únicamente de una crisis política sería un problema menor, pero son varios los elementos que contribuyen a la decadencia actual y a la desorientación general. La crisis de 2001, por citar una crisis compleja y terrible, además de ser la última con consecuencias tan devastadoras, pudo atravesarse porque las fuerzas que componían el país en aquel entonces compartían consensos acerca de cómo debía salirse. Uno puede criticar la modalidad de salida, la brutalidad que implicó la "sanación" que elaboró la presidencia de Duhalde en ese entonces (robando los depósitos cuando determinó que los que tenían dolares en los bancos recibirían su equivalente en pesos devaluados, luego del corralito de Cavallo/De La Rua) pero en 2002/2003 el país tenía las cuentas en orden. 

Hoy en día, luego de casi dos décadas de desprecio por los números y el más mínimo sentido común económico y simbólico que han instalado los gobiernos kirchneristas, los argentinos sólo tienen una serie de certezas urgentes pero desconocen el o los remedios necesarios para alcanzarlas. Empleo, Inversiones, Exportaciones, Seguridad, estabilidad de precios, Libertad (real) de Expresión serían los deseos más generales. Pero cada uno de estos temas requiere de una serie de reformas y cambios profundos que implican conflictos enormes con las mafias corporativas que están instaladas en el poder y en los resortes del Estado. Como mínimo, la solución requiere de la figura de, al menos, un estadista con la capacidad de dirigir el camino y saber comunicar a la ciudadanía las medidas que se requieren para salir del campo minado en el que se encuentra el país. No me refiero a un Padre/Madre con ínfulas de Divinidad, eso ya tuvimos (y tenemos aún) bastante y acá llegamos. 

Ante la falta de un mínimo consenso sobre el país que queremos, y la ausencia de voces en la sociedad civil que nos recuerden o nos refresquen la memoria o la imaginación para visualizar un camino posible, las figuras políticas que sepan convocar e iluminar el momento actual y mostrar el camino posible son indispensables. Para decirlo claramente, hoy en día los organismos de la sociedad civil y las voces de la inteligentzia han sido cooptados para la decadencia reinante, por los fantasmas que siempre nos han acompañado pero que hoy en día se han transformado en dogmas bizarros que sólo aportan mentiras, falacias, mitologías o medias verdades o sequía de ideas acerca del futuro posible para el país. Un paquete de espejismos que sólo aportan resentimiento, envidia, bronca, ira y angustia en aquellos que adhieren a ellos en un círculo vicioso que sólo dificulta aún más el problema. 

La grieta no existe. La grieta, en todo caso, es el efecto de la gran decadencia que vive el país. Es un discurso cuya función es justificar la crisis e inmunizarla. Nos pegan con un garrote en la cabeza y debatimos si estás a favor o en contra del golpe. Nos encierran y debatimos si está bien o mal, si estás a favor o en contra. Paralizan la educación y debatimos si es para bien o para mal. Quieren vacunarnos con vacunas sin evidencias, tanto a nosotros como a nuestros hijos, y el tema es si estás a favor o en contra de las vacunas. El espejismo de un país que cree que la política está "intensa" y que hay que bajar un cambio (la propaganda de Larreta se basa en esta idea) para volver al diálogo y los consensos. Aquellos que se autoperciben más allá de esta tribuna decadente e imaginaria son los que más expuesos están al veneno que destila. Por eso es posible hablar de gente que "se hace kirchnerista" en los últimos tiempos. Es un discurso funcional a esta malaria instalada. No persigue ninguna claridad o verdad, sólo ordena los actores, a nosotros, en un teatro de fantasía donde se llenan los casilleros predeterminados.

Pero además el problema es que esta dinámica no se desarrolla en una meseta, se despliega en una barranca donde la gravedad es cada vez más asfixiante y desesperada. Porque hace estallar los lazos sociales debido a su capacidad de diseminación, corroyendo y finalmente destruyendo los valores. Por eso creo que hemos llegado a un momento de "verdad", por llamarlo de alguna forma. Esa realidad comienza a pegarnos descaradamente en la cara y en los próximos meses y años se instalará con una crudeza inédita, creo incluso, para quienes vivimos el 2001 o vivenciamos 1989 en la preocupación de nuestros padres. Hiperinflación, cepos, corralitos, defaults, inseguridad extrema, narcotráfico, autoritarismo, corrupción (esta palabra ya parece decorativa), vaciamiento del Estado. Qué falta? O vamos a vivenciar todo junto como en una pesadilla recurrente y anticipatoria? 

La novedad del momento ha sido el resultado de las PASO, que augura una derrota histórica del kirchnerismo y del peronismo. Sólo posible por la unidad de la oposición, donde la figura de Macri ha sido fundamental, y que genero un efecto de fuga de los propios y de nucleamiento de aquellos que quedaron sin piso ante la debacle moral y de gestión de este Gobierno. Soy muy escéptico sobre el desarrollo del escenario porque es dificil afrontar una crisis multidimensional tan profunda y con actores tan agresivos y dañinos, en el marco de un país que recién en estos meses (y en los próximos) comienza a experimentar las tremendas consecuencias de esta decadencia reinante. 

Espero ser más tranqui en el próximo post. :-)

viernes, septiembre 17, 2021

Elecciones y crisis institucional

Argentina, una vez más, no da respiro. El país se encuentra en una odisea de acontecimientos que profundizan día a día una crisis institucional inédita desde la vuelta de la democracia. La raíz o causa inicial de la misma fue el resultado inesperado de las elecciones PASO del domingo 12 de septiembre pasado, que puso a la coalición gobernante del Frente de Todos en una derrota histórica contundente e inesperada frente al la alianza Cambiemos, liderada por el PRO, el partido fundado por el ex presidente Macri, la UCR y la Coalición Cívica. 

El resultado se asoma difícil de revertir y pone a la coalición de gobierno al borde de la ruptura. Recordemos que Alberto Fernandez, actual presidente, fue elegido por la vicepresidenta Cristina Fernandez de Kirchner como candidato a la presidencia con el objetivo de convencer a la ciudadanía más ubicada en el centro político, que estaba desilusionada por los resultados económicos de la administración del entonces presidente Macri, de que la vuelta al poder del kirchnerismo sería en el marco de una gestión más moderada ideológicamente y centrada en la mejora de la economía diaria de los argentinos. La elección de un hombre que había participado de la construcción del kirchnerismo a nivel nacional - el actual presidente fue Jefe de Gabinete durante la presidencia de Néstor Kirchner y de parte de la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner - pero que se había alejado repartiendo críticas hacia las figuras del kirchnerismo de aquel entonces, le permitió a la actual vicepresidenta enviar señales hacia la sociedad de que el nuevo kirchnerismo vendría más aggiornado. "Volvimos mejores", rezaban los slogans de campaña del actual oficialismo. 

La jugada de la viuda de Kirchner era audaz e inesperada, pero se basaba en una inquietud de fondo: las causas de corrupción que la involucran a ella y a sus hijos, y que avanzaban en los juzgados federales del país. En el mismo sentido, durante la administración de Macri, varios funcionarios, empresarios y/o testaferros que conformaban la red de poder y corrupción de los gobiernos kirchneristas afrontaban juicios, eran sentenciados y encarcelados o se encontraban en prisión preventiva. De manera que la urgencia y la creatividad para construir la candidatura (una vicepresidente con mayor poder político y legítimo que el presidente) obedecía no sólo a un proyecto de poder sino a una serie de objetivos acuciantes y urgentes para su supervivencia: la desactivación de las causas judiciales que amenazaban a ella, sus hijos y a sus socios políticos. Estas fueron las condiciones para la consolidación de la fórmula que llevó a Alberto Fernández al poder y a Cristina Fernández a la vicepresidencia. La ex presidenta necesitaba un candidato que le permita alcanzar al electorado reacio a sus modos y discurso y Alberto Fernández fue el elegido. Un Fernandez sería la cara visible de la gestión mientras el otro en segundo plano se encargaría de ir desactivando una por una, mediante la presión constante y el avasallamiento sobre el Poder Judicial, las variadas causas que la tenían como protagonista principal. El objetivo se cumplió a medias. Hoy en día son pocos los ex funcionarios kirchneristas cumpliendo sentencias, sin embargo el objetivo principal de desactivar las causas sobre la vicepresidenta aún no está definitivamente resuelto y la causa de la Ruta del Dinero y el Memorándum con Irán siguen en pie. 

Es sobre este escenario que debe entenderse la crisis que el resultado de las elecciones desencadenó en la coalición gobernante y que amenaza con configurar una crisis institucional inédita y peligrosa para el país. Si los números de las elecciones PASO se confirmaran en las elecciones próximas de noviembre, el Frente de Todos, es decir, la coalición gobernante perdería la mayoría propia tanto en la Camara de Diputados como en la de Senadores, conformando un escenario inédito desde la vuelta de la democracia en 1983. El peronismo nunca gobernó durante estos años con minorías en ambas cámaras, su aspiración ha estado siempre sustentada sobre este respaldo institucional, cuyo correlato discursivo es el de ser la voz del pueblo y de los pobres. En un país con instituciones tan frágiles y dependientes del poder político como Argentina, el resultado de las elecciones motoriza un movimiento tectónico en las resortes del poder que todos los actores institucionales del país (juzgados, organismos, camaras, empresarios,periodistas, etc.) saben leer con atención. Esto, por supuesto, tira por la borda los fundamentos bajo los cuales se construyó la actual coalición: la impunidad. La inquietud mayor de la ex mandataria es terminar en la cárcel junto a sus hijos. Con la derrota histórica, Cristina Fernández de Kirchner necesita de forma urgente relanzar el gobierno como una manera de descargar la culpa sobre la actual presión del presidente y al mismo tiempo tomar un control más ferreo (aún) sobre la actual gestión. 

De manera que la puja de poder entre la vicepresidenta y el presidente resulta difícil de preveer y profundiza el desafío ya difícil de poder revertir los resultados, ante este escándalo que día a día nos ofrece un nuevo capítulo. 

ELECCIONES: NUEVO ESCENARIO, NUEVOS ACTORES

Además del nuevo escenario que trajo las elecciones PASO del 12 de septiembre, la novedad también reside en la gran cantidad de votos que recibieron los representantes del liberalismo, tanto Javier Milei como Ricardo López Murhpy. Ambos presentaron sus candidaturas para las elecciones PASO de la Ciudad de Buenos Aires, acumulando entre ambos casi el 25% de los votos en el territorio. Milei se presentó a través de su partido, La Libertad Avanza, y obtuvo un 14% de votos, mientras que Lopez Murphy cosechó un 11% en la interna de Juntos por el Cambio, la coalición que representa al oficialismo en la Ciudad y al que pertenece el Jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta. 

Con este panorama, Javier Milei emerge como la novedad política en el ámbito porteño. Las señales fueron varias pero su último acto de campaña en el legendario Parque Lezama fué multitudinario y aumentó las expectativas de cara a las elecciones. Los desafíos de su partido y de su figura son grandes: la representación de diferentes intereses en el marco de su propuesta, que se enmarca en un liberalismo que aún tiene que aclarar la naturaleza de sus propuestas en el trabajo de campo estrictamente político. En el mismo sentido, su figura mediática, y sus afirmaciones anti sistema en relación a la clase política y al entramado estatal-institucional del país, aumenta los interrogantes sobre cuáles serán sus propuestas ante su prácticamente asegurado acceso al Congreso. 

El crecimiento de su imagen y la cantidad de votos que acaba de cosechar su partido, La Libertad Avanza, es una novedad política importante en un escenario tan polarizado y ante un movimiento político con tanta carga ideológica como es el kirchnerismo, una ensalada que mezcla recetas del peronismo más ortodoxo, con un setentismo que se nutre tanto de la mitología de los Montoneros como del castrismo más rancio y que encuentra en el Socialismo del siglo XXI un compañero ideológico de ruta. 



sábado, abril 10, 2021

El sendero del derrumbe

 


Argentina no te da respiro. Día tras día asistimos anestesiados a escándalos tras escándalos que parecen configurar un conformismo basado en el hastío, el escepticismo generalizado y el miedo. Ingresamos en una espiral de desmoronamiento o acefalía de las funciones del Estado, que se evidencia día a día, y de la evaporación del capital productivo, cuyos recursos salen del país o pasan a convertirse en dependientes del Estado.  Por dar un ejemplo del nuevo escenario, la vacunación VIP al no tener consecuencias perjudiciales para los involucrados permite una naturalización del privilegio como nunca antes sucedió en el país, al menos desde el regreso de la democracia en 1983, en lo que parece ser el proceso de consolidación de una oligarquía privilegiada que usa el Estado como una prótesis corporal. En este escenario, resulta difícil evaluar los malestares de la población más allá del denominado círculo rojo de las personas que están o aspiran a estar informados sobre los acontecimientos que atraviesan el país. Los acontecimientos se suceden de manera acelerada, a lo que hay que agregarle esa mezcla de cinismo, hipocresía vestida de neutralidad, y a veces poca profesionalidad y falta de conocimiento de los temas por parte de casi todo el periodismo. Esta opacidad de los síntomas ante la incertidumbre generalizada acerca de los aspectos públicos básicos que hacen a la pujanza y salud de un país (economía, educación, salud) no suele ser una buena señal de cara al futuro.

Ante la incertidumbre del escenario las metáforas pueden iluminar a veces aspectos que la lógica argumentativa en estos casos no puede aprehender sin dejar atrás aspectos básicos. La gestión de este gobierno, luego de año y medio de gestión y de poco más de un año de la presencia de la pandemia en el país, es caótica en sus métodos, fragmentada en su forma, mafiosa y criminal en la forma en que afianza su poder y fuertemente centrada en lo imaginario. Es decir, lo único en lo que innovan es en la forma en que interpelan a su propio electorado acerca del mundo en el que viven y del gobierno que han votado ("la derecha no nos va a dar lecciones a nosotros sobre DD.HH.", "buscan la muerte, nosotros la vida", etc., etc., la pcia de Bs As. tiene un plan de vacunación perfecto, Larreta mata a los viejos"). En el centro de la escena, está la sra. de Kirchner, buscando desesperadamente el poder suficiente para poder atropellar de manera definitiva a la justicia para poder sortear las futuras condenas en causas que resultan dificiles, aún, de anular. Este es el punto neurálgico a través del cual se conforma la gestión de este gobierno. Lo demás, incluso con esta pandemia, es secundario. 

Esta pluralidad de aspectos permite entender el por qué esta administración puede implementar un plan de vacunaciones VIP a sus familiares, militantes y socios políticos, agregando mayor incertidumbre sobre el futuro de contagios y muertes por el COVID; rechazar vacunas provenientes de empresas y países con los que no se coincide ideológicamente en un contexto de super demanda global de vacunas y al mismo tiempo sostener que están salvando personas porque buscan el bienestar y la defensa de la vida de los argentinos. La realidad va por una carretera mientras los mensajes que llegan del gobierno delinean una carretera con mucha carga imaginaria que se sostiene en el mito peronista de la defensa de los trabajadores y de los pobres. En definitiva, la interpelación alcanza al núcleo duro de sus votantes, mientras que el periodismo pauta dependiente se encarga de neutralizar los aspectos más descarnados de su gestión. Esta retroalimentación sitúa al presidente jefe de gabinete que se sienta en la calle Balcarce, y al partido Frente de Todos, en una burbuja cada vez más acentuada en relación con los dramas que conmueven al país. Por supuesto, la debacle económica actual, a la que puede sumarse la amenaza inflacionaria y una grave crisis en la Salud, agregan mayor incertidumbre al futuro, que el gobierno se encarga de profundizar a través del atropello al esquema liberal de división de poderes y de una cruzada por suspender las PASO y las elecciones hasta nuevo aviso, ya que la burbuja tiene sus límites cuando explota contra los números que les alcanzan sus encuestadores. Toda esta trama, no está de más decir, hace imposible una trayectoria de crecimiento en el mediano plazo ya que la inversión, los recursos y el capital han perdido la confianza en los que toman las decisiones (el gobierno y la población, al votarlo) y huyen del país. 

Otro ejemplo: permiten la votación de los bolivianos, peruanos y ecuatorianos en el país, pero anulan la posiblidad de que los argentinos en el exterior puedan votar en tiempo y forma o aspiran a anular las elecciones en Argentina porque no les dan los números. Otro: el Gobierno intenta acordar con el FMI un préstamo pero judicializan el préstamo "espurio" del gobierno de Macri con el mismo organismo. Otro: le echan la culpa a las personas que no cumplen con las precauciones y prevenciones por tema COVID pero organizan eventos (marchas por el día de la Lealtad, o el velorio de Maradona, o marchas por Aborto o de las Organizaciones Sociales) sin pautas o protocolos. O... dicen defender los derechos humanos pero establecen alianzas estratégicas y afinidades ideológicas con la Venezuela chavista, un régimen narco-dictatorial con informes escalofriantes de la ONU y HRW sobre miles de ejecuciones extrajudiciales en el último año, el régimen cubano, la autocracia Rusa y la China comunista. Más cerca, defienden al proto dictador feudal de Insfrán en Formosa. O anulan derechos básicos de los argentinos a circular intraprovincialmente, posibilitando un tsunami de violaciones a los DDHH en todo el territorio por parte de las fuerzas policiales. La lista puede extenderse ad infinitum y marca la poca o nula confianza de la sociedad en esta Administración. Su falta de apego a la verdad. 

Estamos ya en una debacle que posiblemente no tenga retorno a las sendas de un país normal, con proyectos económicos y sociales pujantes, con una democracia vital perfectible y un sistema republicano como articulador del Estado. Muchos aún insisten en jugar la trama política apegados a la racionalidad o a cierta lógica... o en proyectar escenarios a futuro a través de una lógica consensual en un marco democrático. Tengo para mí que estemos caminando un sendero que aún no percibimos su dimensión ni trayectoria, más que nada por este aluvión de escándalos que se superan cotidianamente, pero que no augura ni mucho menos un futuro posible o predecible. Quizás la última señal provenga de las elecciones, aún en disputa política para su realización en un contexto atravesado por una población con un malestar anestesiado. 

lunes, octubre 05, 2020

Crisis por doquier


Argentina parece vivir una crisis fenomenal e inédita. Por supuesto que existen antecedentes para semejante escenario. Yendo al grano, los gobiernos kirchneristas ya nos habían alertado, a los que no habíamos vivido de forma adulta las dictaduras, sobre cómo sería vivir en una sociedad donde los consensos y acuerdos sobre la forma de vivir juntos se resquebrajaran de manera tan significativa como para insidir decisivamente en nuestra cotidianidad. Obviamente, el escenario no es el de una dictadura, pero los atropellos sobre la arquitectura del Estado en su esquema republicano y su filosofía liberal han erosionado no sólo las instituciones y organismos que sostienen y hacen posible la convivencia democrática sino también los acuerdos acerca de lo que significa la convivencia en sociedad y el Estado de Derecho característico en Occidente. 
Y es así que tenemos: un gobierno que enfatiza los conflictos binariamente como una forma de existencia. Un Estado peligrosamente acéfalo, con burocracias que lindan con la mafia y el amiguismo, una inteligentzia técnica e intelectual que vive empantanada en fantasías anticuadas sobre cómo funciona el mundo y acerca de cómo se crea riqueza, una población que no percibe la gravedad de este ciclo sino con fórmulas cínicas y escépticas para intervenir en el escenario: los políticos son todos iguales, la política es lo peor, las empresas son todas corruptas, etc., de manera tal que el voto en las elecciones, dispositivo esencial en las democracias y donde la voluntad popular debiera expresarse , se expresa en términos individuales, atomizados, alejada de alguna idea de bien común. 

Por otro lado, el kirchnerismo es un producto sureño y bien local made in Argentina. Los Kirchner iniciaron su larga marcha hacia el poder mediante el despojo de propiedades a través de embargos en el contexto de la 1050 de Martinez de Hoz. Arrivaron a la gobernación durante los noventas y armaron un estilo de administración no tan diferente al que conformó Gildo Insfrán en Formosa. La suma del poder público, la instalción de amigos y testaferros en los tribunales, en los diarios y en las empresas configuró una especie de virreinato, o una gran estancia donde el matrimonio se instaló cómodo en la cima, como los grandes estancieros de antaño. 

Pero ahí donde Nestor era un cínico, corrupto y autoritario, Cristina es una corrupta con rasgos mesiánicos que adoptó para la elucubración de su estilo de poder cierto manual básico laclauliano sobre el populismo. Un estilo de poder y de acumulación del mismo basado en una acentuación del conflicto mediante la elaboración de una agenda paralela de problemas que se nutre de una mezcla del pobrismo, marxismo básico de manual a lo hanecker, de chavismo, de un ropaje humanista con la defensa facciosa e ideológica de los DD.HH. y de la cooptación de la gestualidad y lenguaje feminista y de las minorías sexuales. Ahí tenemos a los organismos de DD.HH. callados sobre el escenario represivo que emergió una vez que la cuarentena posibilitó la arbitrariedad en el accionar represivo de las fuerzas policiales a nivel provincial y municipal en todo el territorio, ahi vemos al feminismo y al LGTBQ oficialistas bien adiestrados, al Papa hablando contra el mérito, a las organizaciones sociales de izquierda encolumnados con el gobierno, todos con miembros de su palo ocupando puestos políticos en ministerios o empujando un poco el caos propiciado por el oficialismo en las tomas de terrenos por todo el país (CCC, Barrios de Pie y los siempre histéricos trotskistas, que se imaginan por fuera de esta sociedad pero cuyos principios y acciones están vinculados de forma indisoluble con los de esta administración).

De manera que el estilo de poder de esta gente se nutre de dos tradiciones: el peronismo, el socialismo tercermundista castrista-chavista, ambos asociados hoy en día al pobrismo de la iglesia que pregona este Papa. Es decir, un estilo chauvinista, bien local, articulado a un entramado de sociedades que conforman hoy en día una asociación geopolítica que puede trazarse de la siguiente forma: Venezuela-Cuba-Irán como eje más claros que además se asienta en un apoyo o "satelización" de los países alrededor de Rusia y principalmente China. 

El discurso se basa básicamente en un ataque masivo al sentido común más básico, aquel que se enraiza en la experiencia más cotidiana. El ejemplo del ataque al mérito es su cara más visible pero se articula con otros ataques igual de peligrosos: la propiedad privada (escondida en un discurso cínico sobre la falta de oportunidades y la desigualdad), la libertad de expresión (escondido en los ataques a los "medios" y a periodistas) y la división de poderes (embellecido apenas mediante un ataque a las "deficiencias democráticas" y a los vínculos de los poderes "molestos" con las "corporaciones" políticas y económicas). Todas estas inversiones de sentido explotan en diversas ramificaciones mediante el confinamiento que hoy experimentamos. Una de los nuevos tópicos es el educativo: el abandono por parte del sistema educativo sobre las nuevas generaciones, la negacion y/o obturación de todo debate sobre la vuelta a las aulas de los más chicos.  Todas estás mitologías, por decirlo de alguna manera, se asientan sobre aspectos que esta sociedad nunca pudo encarar con la suficiente honestidad que se requiere y en base a una búsqueda de la verdad basada en debates públicos y consensos necesarios: el por qué de nuestro fracasos constantes. Defaults, inflaciones galopantes, cepos diversos, déficit igualmente diversos.

Pero esta inversión del sentido se asienta sobre una reformulación entre desordenada y caótica de las instituciones y organismos del Estado. Una clara señal es la filtración desde la AFI de los datos de agentes tanto locales como extranjeros. En la práctica es un corte en la cooperación con las agencias de inteligencia extranjeras. Un cambio de reglas que tiene como único objetivo desarticular la AFI de sus contrapartes extranjeras aislándola del mundo al exponer claramente las vidas de los agentes y las misiones en las que están involucrados. La filtración es una señal de falta de cooperación, lo que nos sumirá en un aislamiento con el mundo. 

En definitiva, son múltiples los indicios de las crisis que se avecinan o en las que ya estamos sumidos. Recesión, Inflación, depresión, crisis sanitaria, crisis educacional e institucional, pobreza extrema. Con una parte importante de la ciudadanía levantándose cuando puede para llevar la balanza hacia sentido común, como fue el acampe a la espera del dictamen de la corte sobre los traslados insólitos hechos por el poder legislativo, de la mano de la multiprocesada, para sacarse a los jueces molestos de las causas que más la complican. La gente protestando en el Congreso, en Tribunales, en el Obelisco, sorteando las amenazas, los escraches y acusaciones de los agentes de propaganda de ese canal de propaganda oficialista, como el caso de C5N, un canal que se asienta sobre el dinero de la corrupción y de la evasión al Estado, es la única esperanza de que este país pueda volver a cierto cause normal.

En síntesis: cualquier análisis o intento de adentrarse en este panorama tiene que partir de la idea de que el país ya esta sumido en una crisis inédita, la más profunda desde la vuelta a la convivencia democrática en el año 1983. Y cuyas consecuencias pueden ser peores, desgraciadamente. 

Los intentos por encarar este binomio de poder INDISOCIABLE que conforman los Fernández parten desde premisas que no se corresponden con lo que sucede en la realidad. El presidente elegido es una pieza fundamental en esta sociedad en la que cumple una función de jefe de gabinete con funciones especiales donde lo simbólico no es un tema menor. Su misión pareciera ser la de imponer una agenda de poder superpuesta a la real, donde su vicepresidente tiene las riendas o la ùltima palabra en los asuntos fundamentales, aquella agenda donde él es alguien con un estilo distinto, con autonomía relativa pero real. Estos análisis son cada vez menos creíbles pero aún pueden leerse y escucharse en los programas de televisión más vistos y en los diarios más leídos. 

lunes, agosto 31, 2020

Y ahora qué?




Me resulta harto dificultoso escribir sobre la realidad de Argentina. Como en algún momento desarrollé en un posteo anterior, ante el resultado de las elecciones de agosto que se reconfirmó en octubre de 2019, el país ingresó en un proceso disruptivo a varios niveles. Uno esperaba que el nuevo escenario irrumpiera poco a poco a medida que la nueva administración mostrara gradualmente sus políticas, pero el escenario de la pandemia "obligó" al gobierno a mostrar su zeitgeist de forma cruda a partir del establecimiento de la cuarentena en la segunda mitad de marzo de 2020. 

Hoy en día, con 160 días de confinamiento a nuestras espaldas, las deficiencias acumuladas en el abordaje de la pandemia sumadas al cuasi estado de sitio con las prohibiciones mediante DNU de las reuniones sociales y al sojuzgamiento de la ciudadanía mediante el cercenamiento de los derechos y del discurso del miedo y de culpabilidad por los contagios a los comportamientos inadecuados de los ciudadanos conforman una forma de gobernar sumamente autoritaria. Sumado a esto, la puesta en freezer del poder judicial y la existencia limitada en la virtualidad del Congreso expresan una voluntad de gobierno que se siente cómoda en una estructura de poder que no alcanza a ser republicana. Esto sin mencionar la inaudita formula de gobierno, que muestra en el sillón de Rivadavia a un "jefe de gabinete" de la vicepresidenta, verdadera mandamás en el Gobierno, lo que genera una erosión veloz de la palabra presidencial y de su figura ante los ciudadanos, ya que asume más que nada la función de vocería de gobierno sumamente contradictoria, al no tener capacidad decisoria y al confundir las funciones de operador político con la de presidente sin que se le mueva un pelo. 

En este escenario, el intento de expropiación de Vicentín mediante DNU presidencial y la tentativa de reforma judicial muestran que el escenario inédito y trágico para el país es encarado por este gobierno como una oportunidad para imponer una agenda y lograr de forma express la impunidad de la vicepresidenta, acorralada por diversas causas que avanzan en la justicia y para imponer medidas económicas que marquen un nuevo equilibrio en la capacidad de la administración para controlar aquellos sectores que por su dinamismo son los que más inciden económicamente en el desarrollo del país como es el sector agropecuario. Una agenda alejada de forma total de la actual tragedia que viven millones de ciudadanos pero que por la naturaleza de la alianza que está en el poder resulta sumamente necesaria para su supervivencia. 

Ni digo nada que nadie sepa cuando recuerdo que además de la angustia por las quiebras masivas de empresas, pymes y emprendimientos diversos, se suman las depresiones por el encierro y la profundización de patologías ante la incertidumbre que nos depara el (discurso del) confinamiento. El sentido común obligaría a articular el cuidado de la salud ciudadana con el sostenimiento de la economía que demostrarían un pragmatismo de acción necesario en el manejo de la salud y de la economía pensando en el futuro del país. Pero el discurso del miedo se conforma a partir de una concepción cuasi mesiánica, purista e idealista, de la vida como "respiración" y "latidos" y que es esta vida - planteada de forma opaca como un valor moral sumamente conservador -  la que hay que cuidar más allá de cualquier práctica a la que esté asociada. Este discurso intenta sortear de la agenda de la discusión los grandes interrogantes sobre el confinamiento y la forma de encarar la pandemia: dimensiones de la vida real y cotidiana y por ende, dimensiones arbitrarias y políticas, es decir, sujetas a evaluación de la ciudadanía. Además, dicho discurso se expande a otros ámbitos, donde las alianzas del gobierno son más escandalosas y sus repercusiones mas lamentables, como la Educación donde presenciamos impávidos las reacciones atávicas de los gremios docentes en contra de una vuelta a clases - con los cuidados del caso - para aquellas poblaciones donde los niños que han perdido absolutamente el lazo con la escuela durante estos meses de confinamiento, producto de decisiones políticas de este gobierno. 

En este escenario, la incertidumbre por el propio confinamiento y por las consecuencias económicas y de todo tipo, con un gobierno que ha demostrado que está dispuesto a imponer su propia agenda partidaria (de su alianza) por sobre la problemática que plantea esta crisis histórica y que asume comportamientos autoritarios marca un presente altamente impredecible que esperamos vuelva a cierta normalidad. Suena a deseos... Ojalá la realidad demuestre mi ingenuidad.